domingo, 13 de diciembre de 2009

segunda parte, capítulo trigésimo primero




Bas'il los condujo hasta una sala que se le antojó a Layla una mezcla entre una sala de recepciones y una biblioteca. Tenía el tamaño y disposición de la primera, pero sus paredes estaban cubuiertas de estanterías y libros. La elfa nunca había visto tanto conocimiento junto.

Su anfitrión les indicó que se sentaran alrededor de una de las mesas mientras él se acercaba a un mueble y sacaba unas copas y una botella de licor. Sus ojos no dejaban de observar a Yahir, como tratando de asegurarse de que no era un fantasma. O tal vez sólo intentaba acostumbrarse a su aspecto, aunque Layla sabía que eso era imposible. Ella llevaba días con él y aún le costaba mirarle directamente a los ojos.

Aprovechó la pausa para quitarse la capa, pues empezaba a tener calor.

-Layla Hund, claro -dijo su anfitrión minetras dejaba una copa delante suyo-. Debí haber imaginado que estaríais vos bajo la capucha.

-Tan lejos ha llegado la noticia de mi fuga?

-Cuando al Quiam le interesa, mi señora, las noticias vuelan.

Layla sonrió, admintiendo la verdad en ello.

-Confieso que no salgo d emi asombro -continuó el señor de Dheireadh mientras se sentaba junto a ellos-. Sabía que ocurría algo pero nunca imaginé que... ¡Por mi alma que esto es increíble de veras! ¡Tienes que contarmelo todo!

-No hay mucho que contar. Nos separamos, me escondi, Zealor me quemó vivo...

-¡Oh, vamos! Esa es la parte que todos conocemos. Todos estos años... ¿Qué has estado haciendo?

Jaron alzó la copa y bebió. Se humedeció los labios, ceñudo, y Layla creyó que iba a responder, pero se equivocaba.

-¿No se puso Dhan en contacto contigo? -Preguntó a su vez.

Bas¡il pareció sorprendido por la pregunta, tal vez porque esperaba una respuesta.

-Hace un par de semana -admitió-. Me llegó una carta. Confieso que me sorprendió. Sí que es cierto que al principio habíamos intentado mantener el contacto, pero después de que el futuro Qiam te ofreciera un funeral ofcial por todo lo alto nos desanimamos. Dhan nos convenció de que lo mejor era dejarlo, que ya no había causa y que era peligroso. Tres personas habían muerto, o al menos eso creíamos -añadió en tono más jocoso que acusador, pero definitivamente dolido-. Nos convencimos que lo mejor era guardar las distancias un tiempo. Desde entonces dejamos de reunirnos y fingimo sser solo viejos conocidos para la Sociedad. Sólo un viejo cabo saludando al que fue su cadete en sus tiempos de juventud. Ni siquiera me permití asistir a vuestra boda -le dedicó a Layla una sonrisa triste-. Ya veis, señora, cuan asustados estábamos.

-Fue lo mejor -opinó Jaron.

-No sé. Si Dhan nos hubiera dicho que seguías vivo...

-¿Qué te dijo Dhan en su carta? -Yahir volvió a cambair de tema.

-Poco. Decía que debíamos reunirnos, que estuviera preparado, que pronto me diría el día y el lugar. Estuve días espernado otra nota y de repente... Cuando me llegó el anuncio de que Dhan Hund había tricionado al Qiam rescatando a haze Yahir supe que tenía que ver con la extrña carta. Y francamente, no entiendo nada. Después de que nos traicionara Dhan ni siquiera pronunciaba el nombre de tu hermano menor. ¿Qué hacía Dhan arriesgandose de ese modo por él? ¿y donde había estado haze todo este tiempo?

-Estaba prisionero de los humanos, o al menos es lo que contó -le aclaró Layla en vista de que Jaron no parecía ir a abrir la boca.

El elfo del rostro quemado gruñó, peor no añadió nada más, ni para bien ni para mal, y se hizo un silencio incómodo. Bas'il acabó el contenido de su copa y se sirvió una segunda antes de carraspear.

-Entonces, ¿venía por la carta de Dhan? Ha llegado el momento de ponerse en marcha de nuevo.

Jaron ladró una carcajada.

-¿De nuevo? Nunca estuvimos en marcha. No realmente.

-Ya sabes a qué me refiero. Lo qe sea que estéis preparando, contad conmigo.

-No estamso preparando nada -jaron frnó el entusiasmo d esu antiguo amigo antes de que pudiera exaltarse-. Tal vez Dhan sí tenía intención de intentar algo. No lño sé. La verdad es que contactaros fue idea suya, como fue idea suya echarlo todo a perder pro rescatar a mi hermano. Ahora ya es imposible hacer nada.

-Pero, ¿entonces?

Layla entendío la frustración de Bas'il. Entonces, ¿a qué has venido? ¿Porqué has llenaod mi casa de fantasmas si no quieres nada d emi?

-Layla -fue la respuesta de Yahir-. No puede regresar a su casa y necesita un lugar donde esconderse.

-Además, es posible que Dhan se ponga en contacto contigo de nuevo.

-¿No sabéis donde está?

La elfa negó con la cabeza y bas'il entendió parte de la situación. Sólo parte, se veía en su ceño fruncido que lo que no se le estaba contando era mucho. Layla trataría de rellenar los huecos con lo que Alania le había contado cuando no estuviera Yahir. Por el momento, sólo podía esperar que el elfo le dejara quedarse.

-Entiendo -dijo finalmente-. Por supuesto que os podéis quedar, mi señora. ¿Y vuestra hija? Podíasi haberla traido con vos.

-¿Alania? no. Preferí dejarla al cargo de los vecinos. Es posibel que ahora mismo esté enfadada conmigo, pero era lo mejor.

El rostro del elfo se ensombreció. Su expresión en parte confusa y en parte preocupoada le dio a entender que algo iba mal. La elfa sintió un nudo en el estómago. ¿Qué pasaba con su niña?

-¿No escapó contigo?

-¡Claro que no! No podía condenarla a esta vida a ella también.

Bas'il se puso en pie, evidentemente nervioso. paseó por la sala antes de detenerse de nuevo frente a ellos con una expresión de sincera preocupación en el rostro.


-layla, el Qiam tambiñen la busca.

-¿Qué?

-También escapó. Pensaba que...

Le hubiera gustado creer que bromeaba, peor era evidente que no. No era una broma. Alania se había escapado. Si la conocía, ni siquiera había esperado a que ella estuviera muy lejos.

-Hemos de volver a fasqaid -Layla se puso en pie, tomando su capa y empezando a abrocharla.

-¿Fasqaid?

-Es donde habá ido. Era la única pista que teníamos.

-No podemos volver allí, sabes que no hay nada.

-Pero ella no lo sabe.

-Se razonable -Yahir trató de calmarla-. A estas alturas ya debe de haberlo descubierto.

-¿Qué me estas pidiendo? ¿Que haga como tu y le de la espalda a lso míos para salvar mi vida? Es mi hija!! Que a ti no te importe el destino de tu propio hijo no quier decir que yo vaya a abandonar a mi niña.

-¿Hijo? ¿Sarai llegó a tener el bebe?

Jaron dio un golpe a la mesa, poniendose en pie él a su vez.

-Estas hablado más de la cuenta, mujer.

-¿Porqué? ¿Acaso es un secreto que eres un cobarde?

La expresión del elfo le dio miedo en ese momento. No estaba segura de qué hubeira ocurrido si hubiesen estado a solas. Por suerte, Bas'il estaba allí y Jaron se volvió un momento hacia su antiguo instructor antes de volverse de nuevo hacia ella y hablar.

-Yo ya he cumplido mi parte -le dijo-. Si tu quieres suicidarte buscando a esa mocosa, ya no es cosa mía.

-¿Vas a irte? -Bas'il parecía querer preguntar mil cosas pero el elfo era suficientemente sabio para intuir que no era el momento.

El elocuente silencio de Jaron lo dijo por todo por ellos. Se iría. Le daba igual Alania, Dhan o cualquiera que no fuera él. le odió en ese momento, le odió profundamente por todo lo que su marido había hecho por él y lo mucho que eso le había quitado a ella. Y deseó que se fuera para no verle más, pues entendió finalmente que no era precisamente su rostro lo que el fuego había calcinado y deformado y no estaba muy segura de querer averiguar hasta que punto se había malogrado su alma.